lunes, 7 de noviembre de 2011

Sardinas marinadas caseras, y dos presentaciones



Hacía tiempo que quería preparar sardinas preparadas de esta manera, lo que viene siendo una "anchoa", y por fin me decidí.

Fui al mercado en busca de unas sardinas frescas y allí las encontré. Éstas que compré son de un tamaño mediano. Lo cierto es que después de probarlas, aprecias el buen sabor que tienen, y sinceramente... te ríes de las anchoas de lata del súper mercado (que sigo comprando porque no siempre se tiene tiempo para hacer estas cosas!).

Es muy fácil de prepararlas, pero no os voy a engañar si no lo habéis hecho nunca: hay que tener paciencia. En la pescadería os pueden quitar la cabeza y las tripas, y en casa sólo habrá que hacer el resto.

Ingredientes:
- Sardinas frescas
- Sal gruesa (yo compré la de asar para el horno. NO uséis sal ahumada, yo lo hice en el primer intento y las tuve que tirar...)

Cómo las preparamos?

Seguramente habrán personas que no lo crean oportuno, y más siendo un pescado como la sardina, tan delicado... pero yo soy partidaria de congelarlas antes de nada durante 24-48 horas...
Aunque se curen con la sal, me quedo más tranquila habiéndolas congelado antes, y la verdad que la carne no se ablanda ni se rompe después.



Pasado éste tiempo y una vez descongeladas, deberemos desescamarlas y posteriormente quitar los lomos a las sardinas, con un cuchillo bien afilado, con cuidado de no dejar demasiada carne en la espina central. Lo cierto es que contra más hagas más práctica coges y finalmente resulta bastante fácil (contando que es un pescado bastante pequeño).

Las pondremos bajo un hilo de agua del grifo para limpiarlas y las secaremos bien con papel de cocina.



Necesitaremos un tupper o un recipiente para poder almacenarlas.

Ponemos primero un papel absorbente por tenemos un exceso de agua. Encima colocaremos una cama de sal, y seguidamente las sardinas con la piel hacia abajo. 



Colocamos otra cama de sal, y encima más sardinas... y así sucesivamente hasta que las hayamos puesto todas (debe acabar teniendo en la superfície una capa de sal).

Tapamos y dejamos en la nevera 24 horas. Una vez pasado este tiempo, las podemos limpiar de la sal lavándolas con agua y secándolas concienzudamente después. Si se le quiere quitar la piel (yo lo he hecho), éste es el momento, podemos coger una puntilla o un cuchillo pequeño y retirarla.

Se pueden guardar en un bote con aceite de oliva en la nevera y poder utilizarlas para el plato que queramos preparar.



Yo he hecho un pincho con un tomate cherry, oliva de calamata y una anchoa, con un poquito de perejil picado.

Otra elaboración ha sido un platito: la anchoa con una oliva de aragón, y picado de ajo, tomate y perejil, con sal gruesa.




Aún tengo en la nevera, se conservan genial!!

Hace un tiempo que me estoy dando cuenta que con productos sencillos, y elaborados de según qué modos, puedes acabar haciendo unos platos deliciosos y no necesariamente con un coste elevado. Me encanta!


2 comentarios:

  1. un aperitivo muy sano y sabroso,me ha gustado
    peto

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  2. Genial!! Simplemente espectacular. Tanto la presentación como el sabor.

    Sigue así, me encanta como cocinas!

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