lunes, 9 de abril de 2012

Pan de espelta, y tostada con ensalada crujiente



Hacer pan casero es algo que me encanta y que ya he hecho en muchas ocasiones. Lo que no he hecho en muchas ocasiones es utilizar una harina diferente a la de trigo, así que para hacer este pan me he decidido por variar, y he usado harina de espelta.

La harina es el producto que se obtiene de moler el grano de cereales o de otros alimentos ricos en almidón. La más habitual es la de trigo, pero podemos utilizar otras harinas como de espelta, centeno, kamut, cebada... Todas estas contienen gluten, pero hoy en día podemos encontrar en el mercado otras aptas para celíacos, como la de soja, de garbanzo o quinoa.

Hablaremos de la espelta



Su gran valor es que no ha estado manipulada ni cruzada con otras especies, y es por eso que se considera un cereal puro. E hecho de mantener intacto su código genético original hace que contenga unas propiedades nutricionales que la sitúan por delante del trigo común.

Contiene todas las sales minerales, es especialmente rica en magnesio y zinc (importante para el sistema circulatorio), contiene los 8 aminoácidos esenciales que permiten tener una buena salud celular. Comparándola con el trigo, es más rica que el trigo en hierro y vitaminas E, B1 y B2, y rica en proteínas, lípidos y fibras dietéticas.

Regula el tránsito intestinal ya que tiene un alto contenido en fibra, y favorece el descanso y el sueño, debido a su alto contenido en magnesio que es 10 veces más alto que cualquier otra variedad de trigo.

Así que vistas todas las ventajas de esta harina, os presento el pan que he hecho.
El resultado es una miga densa y compacta, con corteza crujiente y con un sabor personal.
Me ha llamado la atención que el resultado final del amasado no ha sido especialmente pegajoso, sino más bien compacto y con cuerpo.

Ingredientes
375 gr. de harina de espelta integral
125 gr. de harina de fuerza
320-350 ml. de agua
10 gr. de levadura fresca de panadero
10 gr. de sal

Elaboración
En la panificadora ponemos el agua, y volcamos las 2 harinas mezcladas. En un lado añadimos la sal y en el lado contrario añadimos la levadura.
Amasamos y cuando obtenemos la masa la dejamos reposar en un recipiente enharinado, tapado con un trapo en un lugar resguardado de corrientes de aire. Dejamos reposar la masa 1 hora o hasta que doble su volumen.

Pasado este tiempo le quitamos el aire a la masa y amasamos con el rodillo. Le damos la forma final a la masa realizando los pliegues necesarios y dejamos reposar 30 minutos más. Podemos hacer una incisión a lo largo en el centro del pan.
Pasado este tiempo, mi pan tenía este aspecto.



Precalentamos el horno a 250º y llevamos la masa a hornear durante 35 minutos a unos 200º.

Y ya tenemos un pan de espelta estupendo.



Yo he preparado una tostada, con una ensalada crujiente. 



Los ingredientes que he usado son pepino, rábanos, perejil fresco y queso feta, todo cortado en trozos pequeños. En la base del pan he puesto una mezcla de crema agria con mostaza Dijon y miel. Unas olivas de Kalamata para acompañar... y ya puedes quedar satisfecho!!

Nada como el pan casero.

domingo, 1 de abril de 2012

Ensalada de zanahorias con queso feta



Esta ensalada de hoy es una de las que más me gusta. Me encantan las ensaladas frescas que no se limitan sólo a la lechuga y algún condimento, sino que son diferentes por completo.

Es fresca, sencilla y deliciosa. Sigo diciendo que con ingredientes sencillos se pueden obtener resultados muy buenos. 

Los ingredientes de esta ensalada combinan perfectamente, ya que se complementan y combinan a la perfección. El dulzor de las zanahorias, el picante de las guindillas rojas, el sabor potente del queso feta, la acidez del limón... Hay que probarla!



Ingredientes (para 2 personas)
4 zanahorias
1/2 guindilla roja fresca
100 gr de queso feta
Perejil fresco
Zumo de medio limón
Aceite de oliva
Sal



Elaboración
Pelamos las zanahorias y las rallamos.
Cortamos la guindilla a trocitos pequeños retirando las semillas.
Desmenuzamos el queso feta por encima.
Picamos el perejil y exprimimos el zumo de limón para añadirlo a los ingredientes anteriores junto al aceite de oliva.

Añadimos sal y ya está lista para comer.

Podemos añadirle algún tipo de aceituna, como negra de Aragón, Kalamata... o acompañarlo con una tostada de pan.

Sólo queda disfrutar de este sencillo pero delicioso plato.