Mini chapatas con hierbas provenzales y cebolla

Casi siempre que me he decidido a hacer pan en casa ha sido del mismo tipo, aunque sé que hay muchísimas variedades para probar.

Y esta vez he tenido la ocasión de probar una nueva que no había hecho todavía. Esta semana en clase, hemos hecho masas, y una de ellas ha sido la de pan de chapata, que por suerte... me he podido traer a casa!

Madre mía, desde que la dejé hecha en clase hasta que la traje a casa había crecido muchísimo, ya había empezado el proceso de fermentación, y a lo grande!

Esta receta me la dieron del libro "Pan", de Xavier Barriga. En vista de lo bueno que ha salido, lo sacaré pronto de mi lista de "pendientes" para que pase ya a ser uno más de mi biblioteca :)

Ayer cuando lo puse a hornear olía de bien la casa...



Ingredientes:

Para la masa base:
500 gr. de harina panificable
8 gr. de sal
300 cl. de agua
7 gr. de levadura fresca

Para condimentar:
Hierbas provenzales al gusto
Cebolla deshidratada al gusto
También se pueden hacer de aceitunas negras, aceitunas verdes, nueces, bacon... imaginación al poder!



Hagamos el pan:

Yo hice la masa a mano, y sin exagerar estuve como una hora amasando, así que la explicaré así.

Ponemos la harina en un bol junto con la sal, y vamos añadiendo el agua chorrito a chorrito, poniendo agua y amasando, poniendo agua y amasando a medida que vemos que se integran bien los ingredientes.
Será más fácil si pasamos la mezcla al mármol o a la mesa de trabajo, espolvoreada de un poco de harina.

La idea es ir echando el agua poco a poco, amasando muy muy bien.

A mi me daba la impresión de que me sobraba agua, ya que al poner la última parte me quedaba la masa muy viscosa y líquida, pero al final me di cuenta que la masa la admitía perfectamente, sólo había que trabajarla muy mucho.

Cuando cogemos un trocito de masa pequeño y lo intentamos poner a trasluz estirando un poco con las manos y no se rompe, la masa está lista.

Es entonces cuando añadimos la levadura desmenuzada y amasamos para que se integre bien en la masa.

En este momento le podemos añadir los ingredientes con los que queramos condimentar el pan.
En mi caso he añadido hierbas provenzales y cebolla deshidrata, aunque se puede poner lo que a uno más le apetezca.
Se amasa bien para obtener una masa homogénea, y se deja reposar en un cuenco en la nevera hasta el día siguiente.
Con este largo reposo, el aroma y el sabor del pan serán impresionantes.

Al día siguiente estiramos la masa sobre el mármol de la cocina un poco aceitado y dejamos que pierda frío durante 30 minutos.

Pasado este tiempo, cortamos la masa en porciones y las dejamos fermentar durante 45 minutos en la bandeja que después irá al horno.


Se me acabó el papel de horno... pero en el de aluminio no se me pegó.


Precalentamos el horno a 250º, y al menos para este tipo de masa, es conveniente tener una olla con agua dentro del horno para darle humedad, y que no se cree una costra en la parte superior de los panes, para que pueda seguir subiendo.

Mis piezas son de unos 95 gr. cada una, y las he tenido al horno unos 20 minutos.

Esta masa me ha encantado: suave, crujiente, esponjosa y muy muy sabrosa.


Y para darme el gustazo he preparado un buen desayuno.


Ummmm!!!!