Ayyyy ya se han acabado las vacaciones... Lo pensaba cuando llegó el día de apagar el ordenador en el trabajo: lo malo de empezar las vacaciones es que queda menos para que se acaben! Jajaja, pero qué haríamos sin ellas madre mía!
Lo cierto es que lo he pasado muy bien, y he hecho cosas que me han encantado, así que una vuelvo con un poquito más de fuerzas y con algunas esperanzas.
Estas vacaciones, a parte de disfrutar mucho, han sido unas vacaciones de lo más gastronómicas. La verdad que he comido mucho, y muy variado, y he tenido la oportunidad de comer cosas que no había probado nunca, de poder utilizar ingredientes recién sacados de un huerto, de tener en mi mano productos que me han regalado de otros países con los que estoy deseando elaborar platos y recetas, comprar nuevos utensilios, aprender muchas cosas de lo que he leído... y sobretodo también de compartir mi pasión por la cocina.
Y para celebrar mi vuelta, empiezo con una entrada dulce, algo normalmente poco habitual!
Estas vacaciones, entre otros lares, he estado en Toulouse y algunos pueblos de los alrededores, como Fourquevaux y Escalquens, y he podido degustar algún dulce típico de allí.
Por ejemplo uno habitual son los éclairs, o su traducción al español: relámpago, y su nombre viene dado ya que al glasearlos por encima con cocholate son muy brillantes, como un relámpago en la tormenta .
Están hechos con pasta choux (utilizada en los profiteroles, lionesas...) y aunque pueden adoptar más formas, la habitual es la alargada.
Pueden estar rellenos también de nata, aunque lo más habitual es glasearlos con chocolate, y rellenarlos con crema de chocolate, comiéndose frío.

Personalmente no me acabó de hacer el peso, ya que la pasta choux no me acaba de agradar, y la crema de chocolate tampoco es de mis favoritas, pero al que le guste el dulce y el chocolate... que se prepare para un tesoro. Contrasta el sabor dulce del interior de la crema de chocolate con la parte más crujiente del chocolate glaseado, y lo tierno de la pasta choux no tan dulce.
Por otro lado, encontramos también un dulce al que llaman "flan", pero es en versión bizcocho, y quizás se elabora más como unas natillas que como un propio flan.
Lleva maicena, huevos, azúcar, extracto de vainilla, canela, masa de hojaldre para la base... Tengo algunas palabras: está buenísimo, una bomba dulce.

Encontramos también los "macarons", que tienen un aspecto estupendo y me ha encantado su presencia, aunque éstos a mi pesar no los he podido probar! Son dos tapas de una masa ligera, unida por un relleno. Como se ve pueden ser de diferentes colores, muy vivos, y de variados sabores.
Los encuentro preciosos.
Y ahora vamos al bizcocho que le ha dado nombre a la entrada, que probé y he decidido hacer.
Su nombre es Quatre Quarts (o traducido cuatro cuartos). Se utilizan 4 ingredientes en la misma cantidad cada uno de ellos, en este caso he utilizado 250gr. de cada uno, con lo que imagino que es su elaboración habitual, de donde viene el nombre.

El que probé era industrial comprado en el supermercado, pero aún así me encantó, eso sí, al que no le guste la mantequilla que ni se acerque, porque sabe a éso casi al 100%! Ya lo dice la foto: pur beurre (pura mantequilla) :D
Ingredientes:
- 250gr. de mantequilla de calidad
- 250gr. de azúcar
- 250gr. de harina de repostería
- huevos (el equivalente aproximado a 250gr., yo he usado 4 de medida M, de unos 53gr. a 63 gr.)
Elaboración:
Precalentamos el horno a 180º
Importante tener la harina tamizada y que la mantequilla esté blanda (podemos dejarla fuera del frigorífico para el punto de pomada)
Batir la mitad del azúcar con la mantequilla hasta que quede cremosa. Reservar.
Separar la yema de las claras, y batimos éstas últimas a punto de nieve hasta que quede firme.
Le añadimos a las claras montadas el resto del azúcar, y seguimos batiendo o uniendo con movimientos envolventes y con cuidado. Reservar.
Batimos las yemas con energía y las añadimos a la mantequilla que teníamos con el azúcar, y le añadimos también las claras a punto de nieve que habíamos mezclado con el azúcar, con cuidado.
Vamos mezclando la harina tamizada poco a poco al conjunto anterior, quedando una masa espesita y densa.
Cogemos un molde al que hemos puesto mantequilla y enharinado un poco, y vertemos la mezcla.
Hornear a 180º de 40 a 50 minutos, o hasta que se introduzca un palillo y salga limpio.
El mío ha quedado más pequeño y elevado, porque no tenía un molde más alargado, y ha estado unos 50 minutos más tiempo de reposo.
En serio, probadlo, es muy fácil y está riquísimo!! Es intenso y muy esponjoso.

Así que aquí me quedo con un trocito de mi Quatre Quarts, con la intención de compartir todo lo gastronómicamente importante que he visto y probado estas vacaciones, y empezando a volver a visitar vuestros blogs, que creo que me he perdido mucho!!